martes, 19 de junio de 2012

Este verano el Baúl de la Princesa vuelve a abrirse...............
así, Clair ha sacado del Baúl una viejas zapatillas que guardaba con mucho cariño, y que le ayudarán a llevar sus historias muy lejos.




lunes, 1 de agosto de 2011

de vuelta!

    Ya han pasado varios meses desde la última vez que abrimos el Baúl de la Princesa, y es que recibí una llamada inesperada que me ha mantenido de viaje por Europa estos últimos meses.

   Ahora ando esperando a la pequeña princesa para contarle nuevas historias, que seguro, le harán soñar con princesas y dragones. 

    Tras ordenar un poco mi hogar, he recuperado esta vieja foto de mi amiga Béatrice, una parisina muy sonriente, que en honor a su nombre, hacía feliz a todo aquél que entraba en su vida. Ya os contaré su historia otro día.

Béatrice en París, broche personalizado.


   Es gratificante volver a casa y sentir que hay alguien esperándote. Gracias!


miércoles, 30 de marzo de 2011

Llegó la Primavera

 Algo me decía que aquél día era especial. El cielo estaba azul y las únicas nubes que se atrevían a asomar en aquella cúpula inmensa parecían dibujar perros, ovejas y hasta la cara de mi tía Cloti. Para colmo, los árboles parecían querer sumarse a aquella fiesta de colores reverdeciendo a medida que me acercaba a ellos a pedaladas y los pájaros, con su trinar desigual, ponían la banda sonora a mi marcha.

Flor
PVP:  7.5 €

Me dirigía a casa de la señorita McArty y el aroma a azahar y a lavanda me hacía mucho más agradable el trayecto. Incluso la gente parecía más simpática saludando con sonrisas a mi paso. No entendía muy bien a qué venía todo aquello pero me gustaba.

Al llegar, pude ver a Clair con un aire diferente, como más elegante o incluso exótica. Había adornado su sobrio"look" de pelo reocogido con una flor. Me quedé mirando sonriente y despistada ante el nuevo detalle y ella pronto me sacó de dudas: "¡Ya llegó la Primavera!, mientras me colocaba a mí otra flor. Al tiempo que ella ponía música en el gramófono, yo sonreía para mis adentros pensando en qué me depararía esta estación que no había hecho más que comenzar...


miércoles, 16 de marzo de 2011

Angie Cubson

Aquella tarde, volvía de la escuela con el morro hasta el suelo, como solía decir mi madre, así que cuando llegué a casa de Clair me puse a realizar las tareas encomendadas sin apenas mediar palabra. La señorita McArty me preguntó una y mil veces que qué me ocurría pero yo, aguantando mi enfado, no abrí la boca  Fue al cabo de un rato cuando entre dientes y con los ojos llenos de lágrimas, musité lo que me ocurría.  

"Los niños del cole se meten conmigo por tener las piernas largas", dije.

Sin mediar ningún comentario, subió al desván sin decir nada y apareció con una foto en blanco y negro y ya amarillenta junto a unas cuantas revistas que en un principio me parecieron de moda y patrones.


Angie Cubson - PVP: 6 €

 "¿Ves a la chica de la portada?", me dijo señalando a una modelo apostada junto a un señor con frac en lo que parecía una fiesta y bajo un titular que decía: ULTIMAS NOTICIAS SOBRE EL ROMANCE DEL PRÍNCIPE Y  LA MODELO. Le respondí que sí aunque en realidad, su cara no me era demasiado conocida. 
 "Es Angie Cubson. eramos buenas amigas en el colegio. Yo siempre la defendía por que los chicos se metían con ella por ser muy alta y tener las piernas largas. Ha pasado el tiempo y ahora ella asiste a las mejores fiestas y los mejores diseñadores se la rifan para que desfile con sus vestidos, sus joyas y tocados. De hecho, hace poco ha desfilado en Mónaco con los tocados de Luciabe. Por eso, mi pequeña amiga, no te preocupes por lo que te digan. Dentro de unos años te convertirás en un bella muchachita y quién sabe si encontrarás a tu príncipe..."

Clair McArty se fue hacia la cocina mientras planificaba mi futuro como princesa mientras yo, por mi parte,  fantaseaba cómo sería si yo, que conocía a Luciabe y todas las del cole jugábamos a desfilar por la pasarela con sus tocados, lograse desfilar por París para ella. Me tiré toda la tarde imitando posturitas junto a Clair y poco me importaban ya los comentarios del colegio. Tan sólo me importaba ya lo que El Baúl de la Princesa me había enseñado aquella tarde: no renuncies a tus sueños.

jueves, 3 de marzo de 2011

El Peregrino


Jonnhy Pilgrim

- "Nos vamos de Peregrinas a Santiago", me soltó la señorita Clair nada más llegar a su casa. Sin poder preguntarle ni qué ni cuándo ni cómo, prosiguió: "he recibido carta del bueno de Johnny Pilgrim, un buen amigo que conocí trabajando para la Associated Press, invitándonos a ir para allá. Yo cubría un reportaje sobre el románico y los paisajes del norte y él peregrinaba hacia Santiago con el petate repleto de ilusiones y esperanzas. Recuerdo que me saludó con un "buen camino, peregrino" y comenzamos a hablar. Se dedicaba a la construcción y bajo la apariencia de tipo serio y rudo, de esos a los que es mejor no faltar al respeto, se hallaba un hombre bonachón y noble, con gran sentido del humor y al que le perdía el chocolate..."

- "¿Y qué le cuenta en la carta señorita Clair?, pregunté sin esconder ya que la curiosidad me podía.

Sin embargo, ella apenas me prestó atención y siguió contándo mientras veía la carta de Johnny Pilgrim:
El Peregrino
PVP: 7 €
- "Por aquellos días, él y su cuñado - su compañero de viaje-, hicieron el Camino en la peor temporada posible y sufrieron los rigores de la climatología del norte de España por los que frío, lluvia y nieve fueron sus compañeros. Apenas había peregrinos a excepción de ellos dos que superaron, además de los problemas del tiempo, una fiebre repentina que a punto estuvo de dejar el equipo en un miembro únicamente"

- "¿Y qué pasó señorita McArty, llegaron o no?", interrogué con ansia.

-"Llegaron. Y se que el bueno de Jonnhy consiguió lo que buscaba y liberó su mochila de todo el peso... Ahora es padre y le sigue encantando el chocolate"  



miércoles, 2 de febrero de 2011

Willa

Aquella tarde, me acurrucaba temerosa bajo la mesa camilla pues afuera, en la calle, caía una tormenta de las que sólo se oían en las radionovelas. Los truenos parecían romper en el mismo techo de la casa. La señorita McArty intuyó mi miedo y socarrona me dijo: 

 ¨"¿No tendrás remilgos por una simple tormenta, verdad, pequeña?" 

Asentí con la cabeza sin mediar palabra y continué mirando a la falda a la que remendaba el bajo. 

Willa
PVP: 5 €
"Recuerdo una tormenta en pleno Ártico. Las olas parecían engullirnos en cada golpe y el cielo se iluminaba cada pocos segundos. Los marineros trataban de sujetar la nave con desigual fortuna. De repente, un bloque de hielo se enfiló hacia nuestra proa y no había tiempo de virar así que Rustov, el capitán, dió orden de abandonar el barco. Sin embargo, de la nada, surgió una ballena blanca que de un golpe de cola, desvió la trayectoria de aquél islote de hielo permitiéndonos continuar el viaje no sin ciertos temores... Hay quien dice que no fue una ballena blanca, quien piensa que otro islote nos salvó, pero yo se que estaba ahí, y que Willa, como así la bautizaron algunos marineros, nos salvó. De hecho, te traeré un dibujo que hice y que tengo en El Baúl de la Princesa para que puedas verla, mi pequeña miedosa..."

martes, 1 de febrero de 2011

Socorrito

Como cada día, tras el cole, llegué corriendo a casa de Clair McArty sólo que esta vez acudía con el ceño fruncido y cara de pocos amigos. No pasó inadvertida mi actitud para la señorita McArty quien no dudó en interesarme por el motivo de mi enfado. 
- "Mañana nos ponen la vacuna en el colegio y no soporto las agujas", argumenté pensando en que bastaría para que me apoyase. 
-"¿Las agujas te dan miedo siendo tan mayor?", me dijo socavando mi orgullo mientras subía al desván. 
Socorrito
PVP: 5 €
- "Esta es Socorrito", dijo mostrándome una foto. "Era una niña más o menos de tu edad, que odiaba las agujas y todo lo que tuviera que ver con médicos. Sin embargo, cuando estalló la Gran Guerra se armó de valor y se alistó como voluntaria en el cuerpo de enfermeras donde destacó por su valor y su buen manejo de,...¿sabes qué?"
- "No", respondí sin perder de vista la foto. 
- "De las agujas, pequeña. Tanto es así, que hasta le dieron una medalla pues salvó a mucha gente. Así que, piénsalo bien: ¿vas a dejar que el miedo a un simple pinchazo pueda contigo?
Y entonces, comprendí que El Baúl de la Princesa, además de historias alucinantes, tenía mucho que enseñarme aún. 

domingo, 23 de enero de 2011

Aquél día, el sol brillaba fuerte y la Señorita Clair y yo decidimos trasladar nuestro centro de costura al patio trasero de la casa. 

Isabella
  PVP: 5 €
-"¿Conoces Italia, princesa?", preguntó Clair. "Hay una región que se llama la Toscana. Allí, casi cada día, sale un sol así de resplandeciente. Yo tengo una buena amiga que vivía por allí. Isabella se llama. Trabajó como modelo en Milán pero con el dinero que ganó, se retiró allí en busca de paz. Nos conocimos cuando yo trabajaba de fotógrafa para algunos diarios. Hicimos buenas migas y como yo iba a trabajar durante el verano en Italia, junto a su novio Piero y unos amigos, se ofreció para enseñarnos Italia. Siempre con su pañuelo al cuello, paseamos por las abarrotadas callejuelas de Roma, navegamos a bordo de una góndola por Venecia y no paramos de comer helados en la plaza de Sienna... Fue un verano apasionante pequeña. Voy a buscar su foto en El Baúl de la Princesa para mostrarte lo estilosa que era. 

- ¿Volvió usted a saber algo más de ella, señorita McArty?, le pregunté.

- "Nos vimos en Nueva York, años más tarde, pero ésa ya es otra historia...", respondió mientras se alejaba por el pasillo de su casa. 

sábado, 22 de enero de 2011

Flor de Loto

Aquella tarde, al ligerísimo ruido del hilo atravesando los pantalones que andábamos zurciendo, se unía la banda sonora del parte radiofónico donde, con pelos y señales, se narraba la coronación del emperador japonés. 
- "Y ahí se puede ver a la princesa Hasu, con su habitual sonrisa y sus ojos azules como el cielo.", dijo el periodista. 
- "Conseguiste tu sueño Hasu...", pareció responder Clair. 
Movida por mi curiosidad, pregunté por esa tal Hasu. 

Flor de Loto
PVP: 5 €
- "Hasu es la mujer del emperador. En un viaje por aquellas tierras orientales la conocí. Era una muchacha de buena presencia, con la cara pálida como si hubiera visto un fantasma y vestida con un kimono azul a juego con esos ojos de los que habla la radio. Su padre era el dueño de la pensión en la que nos quedamos durante nuestra estancia por allí y siempre andaba regañándola pues decía que su hija tenía la cabeza llena de sueños tontos. Como todas las niñas, Hasu, soñaba con ser princesa y al final, lo ha conseguido. Aún guardo sus cartas en El Baúl de la Princesa. Si quieres, luego las releemos y te cuento más cosas"

- "De acuerdo señorita McArty pero, ¿el nombre de Hasu tiene algún significado?
- Flor de Loto, mi pequeña curiosa. Flor de Loto. 

sábado, 1 de enero de 2011



PVP: 4´5  €/u.
Algunos días de aquellos en los que la señorita McArty  y yo fantaseábamos sobre historias y personajes sacados de El Baúl de la Princesa, contábamos con la presencia de dos vecinos suyos que aportaban su peculiar punto de vista a cada relato. Respondían al nombre de Epifanio y Blastolo y eran bastante pintorescos. Uno tenía la cabeza en forma de naranja y siempre andaba afónico mientras que el otro parecía tener siempre catarro y una cabeza en forma de limón. Incluso aseguraría que también estaba un poco amarillo. Los dos andaban siempre enfrascados en discusiones absurdas que no hacían sino añadir una nota de color a cada historieta de Clair.
Yo no dejaba de reir con aquél par de locos que siempre terminaban de la misma forma: camino de su casa discutiendo sin parar.

jueves, 23 de diciembre de 2010


Rebuscando en el Baúl, encontré un papel amarillento que parecía tener más años que yo así que pregunté a la señorita McArty por el origen del mismo y por qué guardaba un papel sin nada escrito. Según me explicó, no estaba vacío sino que contenía un mensaje oculto que una joven princesa asiática le había escrito hacía ya mucho tiempo. La princesa, de nombre Lulú, era una niña muy lista a la que le gustaba hacer experimentos de todo tipo para ponerlos en práctica en palacio con sus sirvientes, a quienes traía locos.

Pronto entablaron buena relación ella y la señorita McArty así que durante un tiempo se estuvieron escribiendo. Pasaron los años y la princesa Lulú contrajo matrimonio con un emperador. No obstante, en honor a su amistad, la señorita McArty recibió un mensaje de ella antes del enlace. Dicho mensaje era el que yo tenía entre manos así que decidimos acercar al candil aquél trozo de papel para descubrir lo que estaba escrito:

“ La amistad es como esta caligrafía: puedes no verla, pero siempre estará ahí”

De nuevo, El Baúl de la Princesa se convirtió en algo más que un simple mueble.
A la señorta McArty, llegado el invierno, siempre le gustaba recordar la misma historia de la joven esquiadora Carlota Wiggings, así que yo, sólo me limitaba a escuchar y disfrutar:

En "Luz - Ardiden",  todos temíamos ante el riesgo de una avalancha, así que nos refugiamos en las casas y tabernas más alejadas, al calor de una taza de puro chocolate suizo. De repente, un sonoro estruendo y todos pudimos ver el espectáculo que produce la nieve arrollando todo a su paso. Sin embargo, una mujer con voz temblorosa y ayudada de unos prismáticos, aseguró que alguien estaba esquiando. Asustados por aquella temeridad, nos asomamos a los ventanales para contemplar cómo un joven estaba  por delante de la nieve descendiendo a una velocidad superior a la que ninguno habíamos, ni siquiera, imaginado.

Carlota PVP 5 €

Finalmente y no sin sobresaltos, nuestro héroe llegó -casi parecía que volando-, hasta nuestra situación y cuál fue nuestra sorpresa cuando, tras quitarse las gafas, descubrimos que no era él, sino ella, nuestra esquiadora enmascarada. La joven Carlota Wiggings, con su gorrito de pompones y su sonrisa burlona, había desafiado a la montaña y salido sana y salva de su atrevimiento.


    Aún hoy, decía Clair McArty, me parece verla bajarse de sus tablas como si fuera como tú: una princesa. De hielo, pero princesa al fin y al cabo

domingo, 12 de diciembre de 2010

Se acerca la Navidad y Clair McArty como cada año decora su hogar con un árbol muy especial. En el Bául de la Princesa puedes conseguir uno igual.


Broche árbol de Navidad pvp 5 €
 


En el Baúl, junto al resto de figuras del Nacimiento encontré a un señor regordete y vestido de rojo, que con una risa digna de recordar, llamaba la atención con el único objetivo de formar parte del Belén.


Broche Papa Noel 5 €

muérdago pvp 4,5 €




domingo, 5 de diciembre de 2010


Broche Amanda
pvp 4,5 €

Esta vez me sorprendió encontrar un libro titulado “Amanda se va de excursión”, no comprendía que importancia podía tener para Clair, puesto que me parecía un simple relato para niños, así que decidí ojearlo en busca de alguna pista.

Broche Blanquita
pvp 4 €
Era la historia de una niña llamada Amanda que pasaba miles de aventuras junto con su amiga blanquita, una pequeña oveja de cara y patitas negras. Sin embargo esto no me parecía demasiado interesante como para ocupar un rincón en El Baúl de la Princesa.

Al cerrarlo para devolverlo a su sitio, descubrí que la autora de ese pequeño libro, no era otra que nuestra querida Clair McArty, y que estaba dedicado a la pequeña Amanda, la hija que nunca tuvo.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Subí al desván y cogí un viejo cartel taurino que contenía una dedicatoria: "Para Clair, con todo mi cariño. Espero que nos volvamos a ver otra noche de luna llena". Movida por la curiosidad, pregunté a la señorita McArty sobre esto, y ella, con la sonrisa dibujada en el rostro, me dijo:

PVP 5 €
-"Princesa, cuando yo era más joven recorrí España con unos amigos. Con la cámara de fotos en mano, fui conociendo gente de lo más interesante y una buena tarde, en Valencia, conocí a Bombita, un torero de la tierra. Entablamos cierta amistad y una noche, en su finca, con la luna iluminando el campo, me llevó al cerrado donde pastaban las vacas bravas. Allí, ni corto ni perezoso, saltó el vallado y comenzó a torear a una de ellas. El ruido de la noche, la vaca, él y yo, fuimos los únicos testigos de ese momento especial."
- "¿Y qué pasó con Bombita?", pregunté
- "Pues pasó que yo continué mi viaje y no volvimos a vernos hasta unos años después aunque nuestras vidas ya eran otras..."

Lo que en un principio se prometía como romance de radionovela, luego se quedó en una simple amistad, pensé para mis adentros. Y así, con este desengaño amoroso vivido en la piel de otro, me fui a mi casa pensando tan sólo en una cosa: mañana volvería a ver qué nueva aventura me deparaba El Baúl de la Princesa

martes, 30 de noviembre de 2010

     De nuevo en el desván la señorita McArty me pidió que le acercara el camafeo negro y blanco, mientras lo miraba con ojos de nostalgia, y me dijo:

    -"¿Lo ves Princesa? perteneció a mademoiselle Juliette, una heroína, aunque no aparezca en los libros. Era una dama de la aristocracia francesa con la que mi familia mantenía negocios. Alta y de buen parecido, era capaz de atraer la atención de todo el mundo al entrar en una sala. Sin embargo, ansiaba ir a encontrarse con su prometido a Nueva York, un joven al que auguraban una brillante carrera en los negocios.

PVP 5 €

Un buen día, apareció con un billete destino a Nueva York y dispuesta a cerrar su etapa en Londres para acudir junto a Sam, su prometido. Era la felicidad personificada.
Días más tarde, nos enteramos que su barco, el Titanic, había sufrido un accidente. Según nos contaron, Mademoiselle Juliette ayudó en las tareas de salvamento de mujeres y niños, aunque por desgracia, jamás volvimos a verla..."

   En ese momento, los ojos de la señorita Clair se llenaron de lágrimas. Para devolverle la sonrisa tan sólo podía hacer una cosa: volver a por otra historia a El Baúl de la Princesa

domingo, 28 de noviembre de 2010


Chloe PVP 5 €

En esta ocasión, mi ojos se detuvieron ante un retrato de una mujer de semblante distinguido y con cierto halo de misterio, y no pude resistirme a preguntarle a la señorita Clair quien con su habitual amabilidad me respondió:

- "Princesa, ya hace mucho de este retrato. Era verano, cuando recibi una invitación de una amiga a Edimburgo. Permanecí allí un  par de semanas visitando aquellos verdes parajes pero no fué, hasta el último día, en una fiesta en el castillo de Borthwick, cuando conocí a la misteriosa Miss Chloe. Me impresionó su forma de hablar, sus elegancia y su porte distinguido, pero sobretodo ese aire de tristeza que invadía sus ojos. Dicen que sufría por amor, y años después me enteré que paso sus últimos días deambulando de aquí para allá dentro del mismo castillo. Los aficionados a leyendas, comentan que hoy en día se pueden escuchar sus sollozos por los pasillos del Borthwick.

- Pero Clair, ¿por quién sufría la señorita Chloe?

- Ahhhh....Princesa, ya sabes lo que dicen: el corazón tiene razones, que la razón no entiende!


No fue hasta unos años más tarde, cuando por fin entendí aquella liosa frase. Mi preocupación, en aquél momento, no era otra que averiguar más sobre Miss Chloe. Y estaba claro por donde seguir buscando: en El Baúl de la Princesa


De su interior y atemorizada por las fantasmagóricas sombras que producía la luz de mi candil, pude sacar una muñeca vestida completamente de rojo.
“¡Pero si es Caperucita Roja!” Exclamó la señorita McArty al verla. 

PVP 4,5 €
“Princesa, has de tener cuidado con esa muñeca pues  siempre me ha acompañado. Estando en Alemania me la regalaron dos jóvenes  que siempre andaban fantaseando con fábulas e historias, con los que mi familia había entablado cierta amistad. En las cenas que día sí y día también se organizaban en casa, yo, al igual que haces tú ahora, me sentaba tapada hasta las cejas  por mi mantita roja, y dejaba que aquél par de locos me contasen una de sus fábulas.
 -“Algún día, tú serás nuestra protagonista pequeña Clair”.

Tiempo después, tras habernos ido de Alemania, recibí esa muñeca con una dedicatoria que decía: Para la pequeña Clair, nuestra Caperucita Roja.
Y así, la señorita McArty se dirigió a la cocina a preparar chocolate caliente para hacer frente al frio mientras yo no dejaba de pensar en lo mismo: ¿qué otra historia me deparará mañana El Baúl de la Princesa?


Cierto día, y tras insistirle mucho, subimos al desván y abrimos otra vez el Baúl. De entre todas las cosas, sacó un cuadro y un diario. Comenzó entonces, otro relato con el sello McArty:
 
- Allí, en aquél viejo café de Estambul, a los pies del Bósforo, calentaba mi cuerpo con una taza de té y mi alma ojeando los bocetos de mi ajado diario. Fué entonces cuando ví los que había dibujado Paul Calam, un prometedor artista que conocí tiempo atrás, en uno de esos barrios parisinos en los que todo es posible. Paul, era todo imaginación y lejos de centrarse sólo en sus vivencias y alrededores, llenaba cada cuadro de luz, de alegría, de color..., de vida al fin y al cabo.

 



                    Intenté por todos los medios volver a contactar con él y viajé por media Europa en su busca guiada por las pistas que daban amigos en común. Le perdí en Valencia, España aunque yo ya era muy mayor como para continuar su búsqueda...
 
                    Justo cuando la señorta Clair terminaba su historia, ojeé aquellos cuadros de la libreta y decidí que continuaría con su pista. En el diario, en una de esas viejas páginas apergaminadas, había escrita una dirección así que decidí que ése sería mi punto de partida.
Una vez más, comenzaba otra trepidante aventura de El Baúl de la Princesa.

La obra de Paul Calam en  http://calamarte.blogspot.com/
(Consultar precio y disponibilidad)

viernes, 26 de noviembre de 2010

Tras haberme peleado con mi hermana Doris, corrí a casa de la señorita Clair a refugiarme en sus historias y en aquél baúl de sorpresas, y esta vez descubrí una carta con remite de Roma. Yo sólo había visto Roma en los libros y mi conocimiento llegaba al Coliseo y poco más, así que movida por mi curiosidad,  pedí permiso a Clair McArty y acercándola a la luz del candil se puso a leérmela. En aquél momento, cada letra y cada párrafo de esa carta eran versos de la carta más bonita jamás había escuchado. Aquellas palabras eran una amalgama de ilusión, alegría, sufrimiento, y esperanza que era imposible no emocionarse al escucharla.
                                                                                                                                                                                     - "Princesa,-me dijo en aquél momento la señorita McArty-,  hace tiempo viaje a Roma y pasé allí unas vacaciones que difícilmente olvidaré.  Conocí a un periodista americano que, a lomos de una moto pequeña y rápida, me enseñó la ciudad: desde los Foros al Vaticano pasando por la Piazza Navona. Aquellas fueron unas vacaciones realmente inovidables. Aún recuerdo el nombre de aquella moto: Vespa.

PVP 5 €

 A partir de aquél momento, mi mente empezó a fantasear y al llegar a casa, poco me importaban ya las estúpidas burlas de Doris. Ahora ansiaba viajar a Roma en mi propia Vespa, en busca de un  periodista que me mostrase la ciudad. Sin embargo, lo que realmente deseaba, era subir al desván de la señorita McArty y rebuscar, en busca de otra historia fantástica, en El Baúl de la Princesa.


miércoles, 17 de noviembre de 2010

1. Date una vuelta por el Baúl de la Princesa hasta encontrar lo que más te guste.

2. Envía un email a elbauldelaprincesa@hotmail.com indicando lo que te gusta.

3. En cuanto Clair McArty lo lea, te enviará un correo con toda la información (disponibilidad, gastos de envío...) y cuando confirmes el pedido, te facilitará el número de cuenta.

4. En pocos días también podrás contar que abriste El Baúl..
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